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Día de la Menstruación en Uma Roots

Día de la Menstruación en Uma Roots

Por dónde empezar... la verdad es que llevo meses intentando sentarme a escribir sobre la menstruación, pero no ha sido fácil, a pesar de que soy mujer (cisgénero), ésto conllevó semanas de investigación y de reflexión sobre cómo abordar el tema de forma políticamente correcta y sin pasar a llevar a nadie en el proceso. Pero la verdad es que es imposible, desde tiempos inmemorables que menstruar y todas sus causas y consecuencias han sido controversiales, para bien o para mal, es por eso que es necesario contextualizar lo mejor posible antes de contarles lo maravilloso que es ser una persona menstruante en Uma Roots.


De acuerdo a Mari Luz Peinado una periodista del diario El País (España), el tabú respecto a la menstruación parece ser “el mayor complot mundial jamás orquestado”, porque a pesar de que la mitad del mundo la tiene por aproximadamente 40 años nadie lo habla. Según Erika Irusta “a la fase menstrual la hemos acabado llamando síndrome como si fuera una enfermedad cuando solo es una etapa”, entonces ¿cómo es posible que la mitad del mundo menstrue y sepamos tan poco del tema?


Anna Druet de Hello Clue explica que “el estigma de la menstruación es una forma de misoginia. Los tabúes menstruales nos condicionan a entender la función menstrual como algo que debe ser escondido, algo que causa vergüenza y que asimismo, al no ponerle nombre a algo, reforzamos la idea de que no debe ser nombrado” cuando la menstruación no es más que una señal de la fase reproductiva, pero para cambiar los tabúes es necesario cambiar los sistemas.


“Tengo la regla” es algo que tenemos que decirlo más, porque esto no comunicará que estás sangrando sino que no tiene nada de malo hacerlo. Desde que tengo memoria que la menstruación ha sido llamada con una innumerable cantidad de eufemismos y apodos (“andar enferma”, “estar en nuestros días”, “ser visitada por Andrés”, entre otros), condicionando su existencia a estar oculta. Desde la época escolar podemos apreciar esto con el denominado “tráfico sanitario”, pasando toallas higiénicas y tampones de forma oculta como si fueran la peor droga ilícita que pudiésemos portar. Pero lo bueno es que los tiempos cambian y el pensar lo hace con él, hoy en día existen diversas personalidades que están abiertas a hablar del tema en sus plataformas, como la “Yuya”, una youtuber mexicana (la más seguida de toda web), que tiene a disposición de todxs un video en el que enseña sobre la copa menstrual, desde qué tipos hay hasta como ponerla de forma cómoda, video que cuenta con más de 20 millones de visitas; o como @zinteca, una artista visual que comenzó el movimiento #manchoynomedoyasco en Instagram, en el que invita a desestigmatizar la sangre menstrual.


Pero aunque en algunos lugares se está avanzando en combatir los tabúes, aún existen países y culturas en los que menstruar, más que una muestra de buena salud reproductiva es una “carga” difícil de llevar y de ver. Según Ina Jga de Wash United, en India es habitual que las mujeres no puedan entrar a la cocina ni comer con la familia durante su menstruación, debido a la creencia que una mujer con la regla puede agriar la comida. En Nepal mujeres y niñas son expulsadas de sus hogares durante su período, el Chaupadi, aislamiento por menstruar es una práctica hindú habitual en algunas comunidades al oeste del país que obliga a las personas menstruantes a vivir en el campo, patios y/o cobertizos durante la regla. A pesar que desde el 2017 esta práctica fue considerada un delito por el parlamento, y la pena va desde una multa hasta 3 meses de cárcel, la verdad es que nadie fiscaliza. En Japón, los chefs de sushi (itamaes) son en su totalidad hombres ya que “debido al ciclo menstrual, las mujeres tienen un desequilibrio en su gusto y es por eso que las mujeres no pueden ser itamaes” (Yoshikazu Onu, Chef, 2011 para The Wall Street Journal), lo que por su puesto es un mito totalmente invalidado por la ciencia. De acuerdo a la UNFPA, en Afganistán existen varias zonas en las que se cree que lavarse la zona vaginal durante la regla puede causar infertilidad, lo que genera problemas de salud reproductiva a temprana edad y convierte el tema en un “secreto vergonzoso”. Y finalmente, en algunas regiones rurales de Bolivia hay una creencia popular que dicta que la sangre menstrual no puede mezclarse con otros residuos y “si se hace, puede provocar enfermedades e incluso cáncer a toda la comunidad”, lo cual obviamente dicta de respaldo científico.


Lo anterior es un gran reflejo de que en países económicamente menos desarrollados el aprendizaje menstrual está muy por detrás de las grandes potencias mundiales. Los problemas como no poder entrar a templos religiosos en esa época del mes, el desconocimiento de los hombres respecto al tema, las dificultades para acceder a toallas higiénicas o tampones por su alto costo y la inexistencia de instalaciones sanitarias adecuadas para niñas y adolescentes, que en muchos casos las obliga a no ir al colegio y en ocasiones (no menores) termina en la deserción escolar, son solo una pequeña parte de lo que sufren durante sus vidas las mujeres en estos lugares. Por suerte existen diversas organizaciones no gubernamentales como la UNICEF o The Pad Project que cumplen con diferentes misiones en estos países y se dedican a educar sobre la menstruación. De hecho, esta última ONG tiene un documental en Netflix (Period. End of sentence) que retrata como la ignorancia, la vergüenza y la discriminación afectan a las comunidades, todo esto mientras se les enseña a operar una máquina de compresas de bajo costo para que puedan tener acceso a toallas sanitarias, autoemplearse y adquirir poder financiero a través de la independencia económica que todo esto conlleva.


Pero así como para algunxs la menstruación es solo una fase del mes, para otrxs es un momento de “tortura” que hay que repetir 12 veces al año. Según el Dr. Enrique Oyarzún del Hospital Clínico de la Universidad Católica, los dolores menstruales se da casi en la mitad de las personas que menstrúan, mientras el 10-15% presenta dificultades para realizar sus rutinas diarias y otro 10% sufre de dismenorrea (dolor menstrual intenso que se traduce en cólicos uterinos) lo que produce ausentismo laboral. La dismenorrea muchas veces va acompañada de “molestia lumbar, dolor irradiado en las piernas y en caso extremos, incluso alucinaciones” (Guillermo Durruty, ginecólogo). Otra enfermedad asociada a la menstruación es la endometriosis, que de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. puede causar dolor, sangrado abundante, sangrado entre periodos y problemas para quedar embarazadx.


El dolor menstrual es una problemática recurrente y cada vez se habla más de ello, personas como: Lena Dunham, creadora de la exitosa serie de HBO, “Girls”, cuenta en su ensayo “The Sickest Girl”  sobre sus dificultades de vivir y trabajar con endometriosis; mientras Bax Baxter, la directora de Coexist, una compañía inglesa sin fines de lucro dice “he visto mujeres dobladas por el dolor premenstrual que no pueden irse a sus casas, lo que me parece un poco injusto”. 


Pero no todo está perdido, hay diferentes países que cuentan con legislaciones al respecto, específicamente, días de reposo para cuando los dolores menstruales “atacan”. Asia es el principal impulsor respecto a esta normativa. Japón fue el pionero y desde 1947 las mujeres cuentan con un día de descanso al mes para cubrir la problemática. Sin embargo, “la presión social afecta en pedir los días” y “algunas no exigen su derecho porque es visto como una señal de debilidad” según cuenta una empleada japonesa a The Guardian, y “usarlo las estigmatiza” e incluso puede llegar a “empeorar su posición en la empresa” comentan otras a El País. Indonesia le siguió en 1948 con dos días al mes por este concepto, extendible hasta 30 días al año de licencia pagada siempre y cuando se presente un examen médico que acredite los dolores menstruales; Corea del Sur lo hizo ley en 2001, otorgando de 1 a 2 días de descanso tanto para universitarias como para trabajadoras, pero según el Korea Times pocas empleadas en lugares de trabajo dominados por hombres están dispuestas a ejercer su derecho, además, muchas empresas no contemplan reemplazantes en sus equipos para cubrir las licencias, por lo que muchas no piden los días para no sobrecargar a sus compañeros con trabajo. En Taiwán, desde el 2014 existe una legislación que entrega un día de descanso al mes, es decir, 12 días al año, pero solo 3 no son descontados del sueldo. Y finalmente, China, que del 2016 en adelante posee una ley al respecto (solo en algunas provincias), la cual al igual que Indonesia, también exige un examen médico para corroborar la existencia de los dolores menstruales. A pesar de los avances del oriente alrededor del tema, ninguna de estas leyes especifica las posibles consecuencias para las empresas que hagan caso omiso de ellas.


En el occidente es un tópico poco habitual y solamente Italia ha puesto “sobre la mesa” la conversación en su parlamento, a pesar de que en lugares como Canarias (España) se eliminó el IVA a los productos de higiene femenina, al igual que Canadá, Australia y algunos estados de EE.UU, que han decidido también revocarlo o disminuirlo. En el Reino Unido la campaña “Tampon Tax” ha causado bastante ruido contra el llamado “impuesto machista”, mientras en Escocia se ha decidido ofrecer de forma gratuita este tipo de productos y desde el próximo año serán el primer país en haber erradicado la “pobreza del período”, a través de la obligación legal de garantizar que artículos como tampones y toallas sanitarias sean gratuitas y estén disponibles para cualquier persona que lo necesite en edificios públicos.


Chile está muy por detrás de todas estás legislaciones, recién el 2017 la candidata a diputada Valezka Naranjo presentó su idea de implementar una “Ley Menstrual”, la que contemplaba la ausencia laboral por dolores menstruales invalidantes sin la existencia de algún descuento salarial. La antropóloga perdió las elecciones, por lo que no hubo ningún proyecto que llegase a la Cámara de Diputados por el cual votar, y está última nunca ha considerado legislar al respecto.


Y bueno, luego de esa no tan corta contextualización, les queremos contar que en Uma Roots nos parece que esperar una legislación al respecto de brazos cruzados no va de acuerdo a nuestra forma de ser ni de pensar, por lo que obviamente, y como siempre, nos adelantamos a los hechos y desde Enero de 2021 que contamos con nuestro propio “Día de la Menstruación”, un día pensado para recuperarnos y descansar cuando más lo necesitamos, sin tanta burocracia de por medio y con la flexibilidad que se necesita. El “Día de la Menstruación” es un día pensado en hacer más equitativo el ámbito laboral sin sentirnos juzgadxs durante un proceso totalmente natural.


Queríamos compartir esta gran noticia con ustedes porque creemos que no solo es importante generar estos avances de forma interna en nuestra querida empresa, sino que también generar un cambio de mentalidad en la misma sociedad y poder en un futuro, no lejano, recibir más noticias de este tipo mencionando otras compañías que también se preocupan por la bienestar de sus colaboradores.

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