La Dieta Keto

Ya es costumbre en la vida contemporánea que cada cierto tiempo se popularicen nuevas dietas, hace no mucho escuchábamos hablar de la dieta Atkins y la Paleo, pero una que ha acaparado mayor atención estos últimos años es la dieta keto o cetogénica.

La dieta keto consiste principalmente en un alto consumo de grasas y una baja ingesta de carbohidratos: 70-75% grasas, 20-25% proteínas y 5% de carbohidratos, lo que genera que nuestro organismo entre en un estado de cetosis, es decir, al no haber glucosa (combustible energético de los carbohidratos) nuestro cuerpo comienza a utilizar las reservas de cetona (combustible energético de las grasas) para producir ATP (energía).

Si bien hoy en día se ha popularizado de forma veloz, la dieta cetogénica tiene sus orígenes en los años 20’s, época en la que se empezó a utilizar como tratamiento para reducir las convulsiones en pacientes epilépticos, sobre todo en niños. También ha demostrado ser beneficiosa en personas con diabetes tipo 2 (al disminuir los niveles de glucosa) y algunas con cáncer (aunque aún falta evidencia científica que respalde esto último); incluso se ha usado para prevenir y tratar el acné y el síndrome de ovario poliquístico.

La fama de esta dieta se le otorga a la pérdida de peso en periodos de corto plazo, esto debido a que el cuerpo quema grasas de forma eficiente y estos nuevos hábitos alimenticios otorgan mayor saciedad con un consumo menor de calorías. Otros beneficios que forman parte de la vida keto son una mayor concentración y rendimiento físico, sin embargo ninguna de estas dos afirmaciones han sido comprobadas por la ciencia, ya que no existen suficientes estudios que respalden esta información.

Como toda dieta existen pros pero también contras tales como: fatiga al hacer ejercicio (baja de estamina), dolores de cabeza, irritabilidad, constipación, diarrea, hambre y cansancio mental en los primeros días de adaptación (gripe keto); deficiencia nutricional; aumento del colesterol (en algunos casos el “bueno”, pero en otros el “malo”); problemas a los riñones, huesos e incluso riesgo de cáncer si la dieta persiste por un periodo muy largo; y por último al sustentarse de un cambio alimenticio extremo es una dieta difícil de mantener personal y socialmente, debido a lo restrictiva que es.

Alimentos que se pueden consumir estando en una dieta keto son: grasas naturales (aceite de oliva, aceite de coco), emulsiones (mayonesa, salsa holandesa), lácteos (mantequilla, quesos, crema, yogurt), pescados (ojalá grasos como el salmón y el atún) y mariscos, huevos, carnes (tocino, carnes rojas, pollo), verduras verdes o con bajo contenido de azúcares y carbohidratos (pepino, zapallo italiano, brócoli, coliflor, pimientos, tomate, aceitunas, espinacas, palta, espárragos, lechuga, repollo, coles de bruselas, kale, zanahoria, cebolla), setas (champiñones), frutos secos (almendras, maní, nueces), berries (frambuesas, moras, arándanos), chocolate amargo con alto porcentaje de cacao, agua, café de grano, té, mate. 

Alimentos que no se incluyen en la dieta cetogénica son: alimentos procesados (dulces, snacks), alimentos altos en almidones (pan, arroz, papas, camotes, pastas, legumbres), frutas con alto contenido de azúcares y/o carbohidratos (plátanos, naranjas, manzanas), castañas de cajú, salsas con alto contenido de azúcares (ketchup, salsa barbecue, miel, mermeladas), bebidas azucaradas (jugos, smoothies, bebidas carbonatadas, bebidas isotónicas) y bebidas alcohólicas (vino, cerveza, cocktails).

Todas las infusiones Pukka son aptos para una dieta Keto como por ejemplo el Pukka Green Collection, para ayudarnos a quemar aún más esas grasas en la digestión.

Como siempre es importante destacar que somos apasionadas por la alimentación saludable, pero no somos expertas. Todos los cuerpos y organismos son diferentes y es importante que dietas extremas como estas sean consultadas y supervisadas por expertos (médicos y nutricionistas), para que nuestra salud no se vea afectada en el camino.